Solera 1847 presenta un oscuro e intenso color caoba debido a la uva Pedro Ximénez.
Sus aromas recuerdan a pasas, vainilla y madera,
En boca, Solera 1847 es un vino delicado, con un suave recuerdo a higos y pasas que termina con toques de caramelo y madera con una leve evocación a frutos secos.
Ideal como aperitivo con queso o con postres no excesivamente dulces, a base de helados o frutas, como un vino de postre acompaña muy bien al pastel de manzana.